
Una vez pasada la emoción, me empecé a preguntar qué es lo que vino antes y también qué viene después. Un paso lógico sería buscar obtener la CSC o CST, que no son nada fáciles (ni baratas, valgan verdades). Sin embargo, más que eso, en este momento me gustaría reflexionar un poco sobre la real utilidad de las certificaciones.
Hubo un tiempo en que buscaba obtener certificaciones de manera un tanto obsesiva, por varias razones: siendo valoradas en el mercado, usualmente llevan a un mejor sueldo y posición, demuestran el conocimiento que puedes tener en una determinada materia y por supuesto, ¡lo hacen sentir muy bien a uno cuando las recibe! No niego que me sirvieron de mucho, profesionalmente hablando. Pero la verdad es que de, de todo el conocimiento que adquirí estudiando para esos exámenes, una buena parte simplemente ha desaparecido de mi memoria, o para decirlo más elegantemente, no fue correctamente indexado y, por lo tanto, es inubicable.
La realidad es que para que el conocimiento sea realmente útil es indispensable acompañarlo de la experiencia. Es ésta la que permite validar lo aprendido, combinarlo en nuevas formas e incluso descartar aquellas cosas que no son tan válidas en la práctica. Ahora, todo esto suena muy obvio, ¿no? Sin embargo, muchas empresas no lo ven de esa manera. Se concentran únicamente en el certificado y no toman en cuenta la experiencia, confiando en que por poseer el cartoncito (o PDF) la persona será capaz de asumir los retos propios del trabajo. Esto sería similar a que se contrate a un gerente recién egresado de un MBA, ¡pero con ninguna experiencia gerencial!
Ahora, no estoy en contra de las certificaciones. Simplemente pienso que no es un indicador 100% fiable (quizás ni 50%) de lo que una persona puede hacer en el campo laboral y por lo tanto, considero que no debería jamás ser un requisito indispensable o exigible para un puesto relacionado al desarrollo de software. Las veces que he entrevistado gente (que han sido varias) he tenido mucho cuidado en este punto, llegando incluso a rechazar postulantes con muy bonitos certificados pero sin la experiencia necesaria o sin una personalidad que viera que encajaba adecuadamente con nuestra cultura empresarial.